Por David Puerto. Los conocí hace ya un tiempo. No eran todavía siquiera Agrupación. Empezaban a dar sus primeros pasos afincándose en un barrio necesitado de una corporación cofradiera. Era un día grande. La bendición del Señor de la Salud de Miguel Ángel Segura. No recuerdo bien como, pero ese día salí yo con un cirial alumbrado al Señor en lo que era una pequeña procesión en andas por las calles del barrio. Es curioso que el Señor me pusiera allí cuando aún ni conocía a nadie de por esos lares y ni siquiera la talla del Cristo hacía mella en mi corazón cristiano. Pero fue un primer pellizco el que me dio ese por entonces grupo cristiano, entorno a esa imagen. Ahora pasado el tiempo recuerdo con añoranza esos momentos ya que empiezo a juntar las piezas del puzzle que el Señor estaba preparando para mí. Lo que aún no sé es para qué.
Poco después San Rafael contaba con una nueva Agrupación en el mundo cofrade jerezano y ese grupo, ahora Agrupación, comenzó a acercar al barrio esa imagen de Miguel Ángel Segura, que empezaba a marcar a fuego el sentimiento cofrade por aquella zona olvidada cofradieramente hablando.
Poco después San Rafael contaba con una nueva Agrupación en el mundo cofrade jerezano y ese grupo, ahora Agrupación, comenzó a acercar al barrio esa imagen de Miguel Ángel Segura, que empezaba a marcar a fuego el sentimiento cofrade por aquella zona olvidada cofradieramente hablando.
Fue en 2010 cuando maquinando en mi cabeza la creación del proyecto que es ahora la realidad de Ondas de Pasión cuando pensé en recurrir a un logo que identificara a la página con el mismo. Un logo original, distinto y que marcara a los jerezanos haciendo recordar la firma de la página.
Y de nuevo apareció San Rafael. El Señor de la Salud de espaldas. La cruz de pie, formaba la letra ‘p’ uniendo con una línea la stypes y el patíbulo. De hecho, como ven, de esta foto nació lo que es todavía el logo de la web en nuestra red social twitter y el que será siempre el primer logo de Ondas de Pasión. Pero ahí volvía a estar Él que de una forma u otra, se me aparecía constantemente. Iba cada Sábado de Pasión o al menos cuando podía a verlo, y el año pasado fue sustituido por una obra de un buen amigo, Fernando Aguado. Una talla imponente, que refleja el dolor del Señor al recibir la cruz pero a la vez la dulzura con la que la abraza te deja hechizado. No se cabía el día que fui a su besamanos, tras la presentación. No pude contemplarlo de cerca. Ni siquiera el Sábado de Pasión del Año pasado cuando apenas pude estar unos minutos viéndolo pasar ya que el barrio, volcado con la cofradía, hacía complicado acercarse al paso para verlo con claridad.
A finales del mes de diciembre del año pasado, 2012, acudí a San Rafael para entrevistar a Antonio Gómez, actual hermano mayor de la Salud de San Rafael, para hacerle la entrevista la cual salió reflejada en el resumen audiovisual extraordinario que realizamos en esta casa con motivo de los actos de especial relevancia de 2012. Obviamente uno de ellos fue la bendición del Señor de la Salud, y sin ningún tipo de problemas y gracias a Manuel Jesús, actual delegado de juventud, pude acceder a los cofrades de esta joven cofradía. Y ya empecé a conocerlos a ellos. A las personas. A los que año tras año, hacen de la cofradía de San Rafael una familia. Y así se notaba. A Antonio se le iluminaban los ojos cuando hablaba de que pronto serían Hermandad. Era oficial, el 12 de enero de este año serían Hermandad. Y ese día terminó por hipnotizarme del todo por esta joven corporación.
Envidiable el numeroso cortejo que desfilaba camino de la Catedral. El Señor, en andas y con túnica blanca, lucía como nunca. Los cirios se extendían inundando la calle de luz y de ilusión. Las lágrimas de los hermanos al oir el decreto que les erigía como hermandad llegó incluso a emocionarme ya que en parte, vivido lo vivido, poco pero intenso, me sentía parte ínfima pero parte, de esta historia que comenzaba a fraguarse. El Señor de la Salud volvió a San Rafael con un sabor a barrio cofrade muy trabajado por estas personas que por detrás y sin ruido, fueron fortaleciendo. Sobre todo en caridad. Es encomiable la labor solidaria que sin gran destacados hacen estos hermanos.
Envidiable el numeroso cortejo que desfilaba camino de la Catedral. El Señor, en andas y con túnica blanca, lucía como nunca. Los cirios se extendían inundando la calle de luz y de ilusión. Las lágrimas de los hermanos al oir el decreto que les erigía como hermandad llegó incluso a emocionarme ya que en parte, vivido lo vivido, poco pero intenso, me sentía parte ínfima pero parte, de esta historia que comenzaba a fraguarse. El Señor de la Salud volvió a San Rafael con un sabor a barrio cofrade muy trabajado por estas personas que por detrás y sin ruido, fueron fortaleciendo. Sobre todo en caridad. Es encomiable la labor solidaria que sin gran destacados hacen estos hermanos.
A finales del mes de enero, presentaron su túnica de nazareno y el boceto del misterio. Volví a emocionarme, como un hermano más, al ver la realización de la talla del Señor por Fernando Aguado. El Señor de la Salud de San Rafael ha depositado en mí una devoción indefinible, e inexplicable con pocas palabras.
Y hace pocas semanas, al verme que no podía ir a Sevilla a contemplar, lo que al final no fue, el Vía Crucis Magno por el Año de la Fe, acudí a ellos y me consiguieron dos plazas, de donde no había. Un gran gesto por su parte que no sé como agradecérselo. Una vez más, el Señor me llevaba a San Rafael, por muchas cofradías que fletaban buses para ir a Sevilla, era la Salud de San Rafael la que me daba un sitio. En ese viaje, el pasado domingo 17 de febrero, conocí a grandes personas. Pude hablar más y mejor con Antonio y Manuel Jesús, parte de la juventud de la cofradía y con Edu, teniente hermano mayor de la Hermandad, y el azúcar de la cofradía. Siempre es bueno tener alguien con chispa en una cofradía. No pude reir más. Buena gente hay en San Rafael. Y fíjense, no le puede venir mejor el nombre por el cual se les conoce. La Salud de San Rafael. Es una hermandad donde la Salud reina por encima de todo. Hay salud en caridad, en amistad, en compañerismo, en familia, en definitiva en Hermandad.
Y hace pocas semanas, al verme que no podía ir a Sevilla a contemplar, lo que al final no fue, el Vía Crucis Magno por el Año de la Fe, acudí a ellos y me consiguieron dos plazas, de donde no había. Un gran gesto por su parte que no sé como agradecérselo. Una vez más, el Señor me llevaba a San Rafael, por muchas cofradías que fletaban buses para ir a Sevilla, era la Salud de San Rafael la que me daba un sitio. En ese viaje, el pasado domingo 17 de febrero, conocí a grandes personas. Pude hablar más y mejor con Antonio y Manuel Jesús, parte de la juventud de la cofradía y con Edu, teniente hermano mayor de la Hermandad, y el azúcar de la cofradía. Siempre es bueno tener alguien con chispa en una cofradía. No pude reir más. Buena gente hay en San Rafael. Y fíjense, no le puede venir mejor el nombre por el cual se les conoce. La Salud de San Rafael. Es una hermandad donde la Salud reina por encima de todo. Hay salud en caridad, en amistad, en compañerismo, en familia, en definitiva en Hermandad.
Hay quien dice que esta cofradía tiene visos de ser una de las grandes. No se engañen, con el grupo humano que tienen detrás y la ilusión y las ganas que le ponen. La Salud de San Rafael, aún siendo de vísperas y ser de las cofradías más jóvenes, ya es una de las grandes. Y si no me creen, compruébenlo ustedes.