He estado esta tarde en la parroquia. Cuando digo la parroquia, la gente que me conoce no cuestiona al lugar que me refiero. Para mí, siempre, la parroquia será San Rafael. Allí me crié y allí me eduqué. Y en cierta forma todo lo que soy se lo debo a la parroquia.
La actividad no cesaba. Muchos se dedican a criticar desde el desconocimiento. La ignorancia es muy atrevida. Es fácil criticar a la Iglesia por ser trasnochada, por tener a un líder que tiene ochenta y cuatro años, por no soportar que la jerarquía o, sencillamente, porque la Iglesia nos invita a pensar de otra manera distinta a como nos propone la sociedad actual.
Y digo lo de las críticas porque en la actividad de la parroquia lo que se veía era a mucha gente ayudando a los más necesitados. Colas larguísimas a las puertas de la Cáritas para recibir un juguete, un kilo de garbanzos o una caja de bombones para endulzar las Navidades. Un ramillete de sufrimientos agolpados a una puerta donde todos son recibidos. Mientras, los coches salían cargados de cajas de leche, y las carretillas no daban abasto con alimentos de primera necesidad. Es la obra callada que hace la Iglesia, sin esperar nada a cambio, sin buscar protagonismo alguno. Y todo porque el Pueblo de Dios cree fehacientemente que Cristo está en el pobre, en el necesitado. Cristo está en la entrega. Y San Agustín nos invita a llevar las palabras a los hechos. Para que nuestra fe no sea vaga.
Por la puerta de la Agrupación de La Salud, entraba una furgoneta con casi una tonelada de alimentos. Kilos y más kilos que se iban entrando en las dependencias de Cáritas. Cáritas que es algo así como un boquete donde nunca se encuentra el fondo gracias a la solidaridad de muchos. Todo es poco porque las necesidades están muy por encima de las existencias.
En la Agrupación, todo preparándose para la próxima salida del Señor de la Salud. Irá el Señor a la Santa Iglesia Catedral para estar presente en la lectura del Decreto que leerá D. José Mazuelos y que la elevará a Hermandad y Cofradía de Nazarenos. Todo un acontecimiento para los jóvenes cofrades de La Salud y para el barrio de Federico Mayo.
Muchos somos los que estamos llamados a ocupar filas con luz para iluminar al Señor que recoge mansamente la cruz del martirio e ir de camino a la Catedral. Muchos somos los que estamos llamados a acompañar a nuestra Agrupación que se convertirá en Hermandad. No debemos dejar al Señor solo, ni tampoco a la nueva Hermandad. Somos un pueblo que inicia una nueva etapa ya como Cofradía. Pero en definitiva, y lo más importante, un pueblo que camina junto al Señor de la Salud.
Es por ello por lo que debemos de ser Iglesia también el próximo día 11 de camino a la Catedral. Iglesia de verdad, como la que nace desde la parroquia, ofreciéndose a los más necesitados y acompañando a Cristo Jesús en la Bendita Imagen de La Salud.
Os animo, queridos hermanos de La Salud, a que no dudemos ni un sólo instante a estar junto al Señor. Es un privilegio para los que somos hermanos y una bonita manera de acercarse a todos aquellos que quieran ser Iglesia de verdad junto a nuestra joven Hermandad.
Él velará por los más necesitados. Él sabrá darnos a todos el consuelo que necesitamos, las fuerzas necesarias para seguir adelante, Él nos invita a caminar cerca de Él. No le niegues la oportunidad de estar junto a Él porque Él recoge la cruz por nosotros.
